Sunday 14 June 2009

México y sus Estereotipos

¿Que es una tipificación de un individuo o de algún grupo de personas? ¿Como se puede llegar de esto al estereotipo de comunidades completas? O en una posición mas extrema - ¿Que hay detrás de la estigmatización de los habitantes de ciertas ciudades ó de países completos?

Las identidades colectivas humanas son una realidad de nuestras sociedades contemporáneas. Cada persona trasciende su individualidad para formar parte de agregados sociales que le dan un sentido de pertenencia a algo mayor que si mismo. Estas agrupaciones, que pueden variar en rango desde el grupo de afiliación a cualquier actividad de conjunto, o la pertenencia a alguna ciudad, hasta la misma participación en un proyecto nacional, logran establecerse en el grado en que estas sean lo suficientemente exitosas en el diferenciarse de otros grupos con similares características. El grupo de Rotarios no es el grupo del Barzon , así como México no es Estados Unidos. La comparación y el contraste son el resultado de el intento de cada grupo por distinguirse de cualquier otro. En este sentido, la tipificación es el poder lidiar con estas diferencias de manera global. Como no puedo estar presente y participar dentro de cada grupo que conforma las realidades mediatas y lejanas del mundo, escojo los elementos representativos de cada agrupación para poder interpretarlas en luz de la comparación con mi propio circulo de interacción social.
Cuando hacemos de estas realidades alternas categorías mentales fijas y sólidas, en las cuales se pierde la posibilidad de ver caminos de acción alternativos para dichos grupos ajenos al mió, se dice que hemos llegado al estereotipo.


El estigma, por otro lado, es llevar esto a un grado mayor de diferenciación, pero siempre basado en juicios de valor comparativos donde se asevera que cierto grupo es relativamente inferior o superior a otro dada las características que el uno presenta en relación con el contraste que emana del individuo o del otro grupo que inicialmente juzga.

La divergencia que se ha dado históricamente entre la cultura de los habitantes de la capital mexicana (DF), y el resto de la republica (donde se incluyen ciudades, pueblos, y zonas rurales) a transitado desde lo diferente (tipificación), hasta lo categóricamente inferior o superior (estigmatización).

Lo que hace diferente, sin duda, al DF del resto de la republica mexicana es su inmensa población, resultado de la inmigración que se dio gracias al éxodo rural desde lo que se conoce como la “provincia” mexicana. Aunque el éxodo no fue monopolio del DF (participaron también ciudades como Guadalajara y Monterrey) si fue esta primera hacia donde se movilizaron y en donde se concentraron el mayores numero de grupos poblacionales. Durante el proteccionismo económico (sustitución de importaciones) México buscó el desarrollo industrial de la nación apoyándose en la masificación de la mano de obra urbana. Millones de campesinos dejaron sus tierras para pasar del arado de la tierra a ser un engrane mas de la maquina industrial que fue la base fundamental del crecimiento económico y del surgimiento de la clase media en el México de mitades del siglo XX.

Otra gran disparidad de la población del DF sobre el resto de la republica es que esta primera habita en la ciudad capital del país, misma que es portadora de los símbolos, valores, e instituciones que son el sustento ideológico-practico de México. La división tripartita de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) federales, los emblemas de la nación, los símbolos de la independencia de la misma, y gran parte de la narrativa de la construcción de la republica mexicana, todos estos delinean el contorno urbano y forman parte del imaginario cultural de los habitantes de la capital. Esto es algo que provincia da por hecho para lograr diferenciarse exitosamente de la megalópolis que ordena la política domestica y exterior mexicana. Si siguiésemos una lógica mecánica, pudiésemos constatar que el centro social de nuestra geografía ha sido mas exitosamente imbuida de los valores patrióticos que estas instituciones políticas y símbolos nacionales constantemente emanan. En pocas palabras, la socialización y culturización de la idea de ser mexicano es mas eficiente desde su centro que desde la periferia. La cultura en verdad puede ser muy distinta a través de las múltiples regiones del territorio que compartimos. Cuando decimos que estas diferencias se vuelven estereotipos, podemos decir que estas categorías las damos como un hecho, a la vez que no tomamos en cuenta cualesquier cambia que pueda sufrir dicha colectividad en cuestión.

¿Pero si aquí radican las grandes diferencias en donde se encuentran los estigmas? Aquí nos estamos adentrando en el uso de categorías como la de “chilango”. Un primer ejemplo de estigmatización surge como ejemplo de la competencia que se da entre el “chilango” y el “regio” gracias a la lucha en que ambos participan por la hegemonía económica-industrial de el país. El surgimiento de Monterrey como polo económico en México rompió con la idea proteccionista que conjugaba valores y símbolos con desarrollo industrial enfocado únicamente en la nación. El capitán de empresa regiomontano sigue siendo patriota, pero este ultimo valor se posiciona debajo del éxito económico y social que su propia región le ha dado como identidad distintiva. La cultura empresarial regiomontana es una especie de subcultura exitosa que se contrapone a la de la capital, a la vez que sirve como contrapeso entre ambas. Este fenómeno a generado una enemistad que es palpable al adentrarse en cada una de estas realidades socio-culturales mexicanas.


Otra instancia de estigmatización es el hecho de que gran parte de la provincia mexicana utiliza como modelo a la capital para hablar de lo mal al que puede llegar la sociedad en cuestión de crimen, inestabilidad, contaminación, y problemas de trafico - en pocas palabras, se utiliza al DF como epitome de la perdida de la calidad de vida, y ahí radica el gran estigma socio-cultural de provincia hacia el DF. De aquí se puede desprender la supuesta actitud de “ventajismo” que toman los habitantes de la capital cuando viajan alrededor de provincia. Para mucha gente del resto de la republica, es casi inhumana la competencia por recursos que se da entre casi mas de veinte millones de personas enclaustradas en un solo pedazo de tierra. El “chilango” es portador de este actitud, la cual representa y reproduce al transitar por tierras no citadinas.


Por ultimo, y no por eso menos importante, es la visión de que el DF, como portador de la cultura original, los símbolos y valores, institucionales, culturales y políticos, debería de ser el líder moral de los menesteres de México. Esto ha traído como resultado una posición chauvinista del capitalino hacia muchas otras partes de la republica, en particular, a las regiones que pueden ser socio-culturalmente mas asimétricas, como la península de Yucatán o los estados fronterizos con Estados Unidos.

Independientemente de la posición que tomemos hacia y sobre el “otro” con el cual convivimos dentro de esta comunidad conceptual llamada México, es importante tomar en cuenta que es necesaria la unidad en estos momentos de crisis, cuando la categoría de mexicaneidad a perdido su lustro gracias al excesivo individualismo y poco respeto hacia los espacios públicos que compartimos todos en esta lucha por nuestro desarrollo y progreso como país. Hay que eliminar el estigma para transitar hacia una visión que simplemente acepte las diferencias de nuestra gente.

Monday 8 June 2009

Mar y Playa

De todos los rangos topográficos de este planeta, la playa tiene el lugar predilecto para la mayoría de los integrantes de nuestra especie. Es muy común que hoy en día relacionamos a este lugar paradisíaco con la diversión sin limites, pero existen muchísimas razones por las cuales ese lugar nos hace sentir de una manera especial la cual fácilmente se presta para la celebración.

Por un lado están las razones mas primigenias. Es bien sabido que la especia humana evolucionó originalmente de organismos multicelulares que se originaron y que habitaban en el agua. Por mas que la evolución haya “secado” a los múltiples organismos que posteriormente se fueron desarrollando fuera del mar, el humano mantiene muy dentro de su fibra corporal y su consciencia esa conexión con el elemento primario acuoso que no nada mas lo mantiene vivo, si no que lo conecta de alguna manera con un medio ambiente que lo vio nacer.

Si la especie como tal nace en el agua, el bebe humano se gesta dentro de la placenta materna la cual por dentro es suavizada por ese mismo elemento que nos da la vida. No tiene sentido permear el cuerpo en un mar frió. El mar caliente nos devuelve memorias ancestrales y arquetípicas a la vez que nos renueva personalmente. Literalmente salimos rejuvenecidos del mar por el hecho de sentir que comenzamos de nuevo en cualquier etapa de nuestras vidas.

Por otro lado, el encontrarnos en el mar y la playa nos hace sentir por un momento fuera de toda la maraña moderna de la tecnología y la vida frenética de las urbes y sus masas humanas. Este ambiente es fácilmente contrastable con uno donde no exista nada mas que la posibilidad de encontrarse a uno mismo en un espacio de representación y de narrativa distinta a lo conocido y por ende repetitivo. La playa es una plataforma donde nos postramos como somos. Pero no nos perdemos por completo en el agua ni retornamos por completo al inicio. Solo nos permitimos tener el poder de decidir que tanto intercalamos entre la creación y el relajamiento o la gestación y la contemplación de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que pudiésemos ser.


Por ultimo, es fácil denotar también que el bajar hacia la playa, proviniendo de la ciudad, de la montaña o cualquier altitud que sea mayor a cero, nos devuelve la capacidad de maravillarnos de la vida que infunde esta región arenosa y liquida. Aquí tenemos la oportunidad de respirar un aire limpio y de degustar productos naturales en abundancia que incrementan nuestra calidad de vida por el momento o momentos que decidamos compartir nuestras vidas con este paraíso natural mágico e inigualable.