Saturday 31 December 2016

Pirámide de admiración



Una relación implica enseñar algo y aprender otro.
¿Pero, cómo le hacemos para enseñar algo sin tener que forzarlo?
Cuando ya no hay admiración se estanca la relación, porque ya no hay interés por compartir nada.
Por eso te propongo que veas las relaciones con tu pareja y los demás en base a una pirámide dividida en tres niveles.
La base seria el cuerpo y todo lo relacionado con la salud, las emociones y la sexualidad. Dicha base es el motor de los hábitos, que en torno a una disciplina consciente, posibilitan el desarrollo de una auto estima suficiente para aceptarse a si mismo con lo que ya se tiene de fabrica, y que solo hasta cierto punto es modificable.
El siguiente nivel es el de la mente y el ego, ahí donde se almacenan todas esas ideas de nosotros mismos y se acomodan  las etiquetas que le hemos puesto a cada cosa y experiencia que percibimos del mundo exterior con el que interactuamos. Este nivel es importante, ya que es desde aquí donde podemos establecer el entendimiento fundamental para comunicarnos satisfactoriamente con otros. Aquí aplica el refrán que dice, una química corporal es fácil de encontrar, una conexión mental es muy rara.
La punta y el pináculo de la pirámide es la admiración, o sea, apenas un nivel que existe en potencia, de acuerdo a los actos que ejerces, y como estos pueden influir positivamente en otros, incluyendo a tu pareja.
La admiración te la ganas dedicando tu vida a tus proyectos -decidiendo a su favor-, para que tus pensamientos, sueños, deseos y fantasías finalmente se materialicen.
La admiración es tu regalo para el mundo y ciertamente para tu pareja. Se trata de esos actos que haces desde el corazón, que logran expresarse con autenticidad gracias a que existe una previa aceptación de uno mismo a nivel corporal, sumada al convencimiento mental de que es posible transformar lo que sea. Actuar te permite salirte de ti mismo -auto trascenderte- para conectar con otros.
Para sacarle punta a esta pirámide de la admiración hay dos caminos.
El primero es el más corto y el que el sistema tiene preparado para ti. Aquí los ‘admirables’ son las celebridades proyectadas a través de la TV, esas que emulamos (comprando lo que anuncian), creyendo que con eso adquirimos sus ‘refinadas’ cualidades. Este tipo de admiración solo existe en nuestra mente como algo psicológico, ya que en verdad no hicimos nada más que comprar lo que también muchos otros televidentes hicieron, de acuerdo a ciertos valores realzados y compartidos culturalmente.
El otro es el camino largo, pero el más seguro, e implica desarrollar cuerpo y emociones (primer nivel de la pirámide), para sobre ello montar una mente sana y flexible (nivel intermedio), que sirva como plataforma para desarrollar una forma de vida admirable (por lo menos para ti mismo jajaja).
No olvides que comoquiera que sea, tu cuerpo, tus emociones, tu mente, tus intenciones, lo que consideras admirable de ti, y en si la energía que de todo esto emana, ¡solo será compatible con algunas personas, no con todas!
Entonces, tranquilamente quítate la idea que le caerás bien, le gustarás y serás objeto de admiración de todo mundo!
La libertad máxima es saber que aunque despiertes al máximo de tu potencial humano, siempre habrá aquellos que no se convencerán con lo que eres.
Es por eso que ya no tienes excusa para por lo menos intentar algo distinto a lo que tienes. Eso que sabes perfectamente que deseas cambiar, pero que por complacencia no te has atrevido a hacer.
Simplemente hay que SER en plenitud, dejando que el mismo ejemplo sea el que le llegue a los demás, y que esa admiración sea la magia que te una.

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